Historia
La Medicina nació con el Hombre en el momento en que éste trató de aliviar su primer dolor o curar su primera herida. A través de los tiempos evolucionó de acuerdo, fundamentalmente, con la inteligencia, la observación y la experimentación. Pero fue en el Siglo V antes de Cristo, un médico de la Antigua Grecia llamado Hipócrates, consi- derado por muchos “el padre de la Medicina”, consigue estudiar la medicina clínica reuniendo el conocimiento médico de las escuelas anteriores incrementándolos con prácticas médicas de importancia fundamental en la evolución de la medicina. Hipócrates concluye que la curación de las enfermedades era posible por dos métodos diferentes: por el de los similares (“similia similibus curentur”) y el de los contrarios (“contraria contrariis curentur”).
En el año 129 ó 130 después de Cristo, nace en Pérgamo otro médico griego, llamado Galeno, quien empleó el método de los contrarios de Hipócrates y es con la evolución de los años, el método que predomina en la medicina actual, que se enfoca en tratar las enfermedades con medicamentos que se opongan a ellas.
En el año 1755 nació Samuel Hahnemann, quien fue un médico alemán que abandonó la práctica de la medicina de su época harto de no poder brindar a sus pacientes un método curativo que no fuera “peor que la enfermedad”. Ya en esa época, si bien ejercía de acuerdo con los cánones médicos de su tiempo, había comenzado mucho antes a investigar el método hipocrático de los similares. Y en esos años que se retiró de la práctica activa de la medicina profundizó sus investigaciones, acrecentó sus conocimientos y estableció las bases definitivas de una manera diferente de ejercer la medicina que se llamó Homeopatía, que es la Ciencia y el Arte de Curar según la Ley de los Semejantes. Hahnemann intuyó desde el comienzo que si se quería dar una solución definitiva a la enfermedad, el único camino era tratar al “enfermo” que padecía esa “enfermedad” adelantándose por muchos años al otro paradigma que instituyó otro brillante hombre de las ciencias médicas, Claude Bernard, que “no hay enfermedades sino enfermos”.
Hahnemann dedicó su vida, tanto pública como privada en perfeccionar su arte médico. Después de su muerte y hasta el dia de hoy la Homeopatía sigue creciendo cada más con más fuerza en beneficio de los seres humanos que se enferman.
Fuente: Homeopatia para todos, Asociacion Medica Homeopatica Argentina, Publicación Nº 61, 2021.
Unicismo
La Homeopatía Unicista es una forma de tratamiento médico que inicialmente estuvo dirigida a los SERES HUMANOS (actualmente tambien se practica en animales). Hahnemann la desarrolló para actuar en la salud-enfermedad humana, sin distinción de edades o situaciones especiales (embarazo, enfermedad terminal, recién nacido, etc.).
Esta es una forma de Homeopatía que respeta las bases fundamentales tal cual Hahnemann las describiera.
“Unicismo” tiene dos significados. El primero se refiere a la unidad que constituye el ser humano. Esto significa que las partes de su cuerpo no están separadas entre sí. mente y cuerpo permanecen unidos durante el tratamiento.
El segundo significa un medicamento por vez. El homeópata unicista no prescribe más de un solo medicamento por vez.
Las mezclas de medicamentos de a cuerdo a sus principios no son homeopáticas, ya que en las experimentaciones de estos, se prueba el efecto de los medicamentos por separado. Las mezclas no fueron experimentadas y no se conocen sus propiedades.
Evaluacion
Cuando llega un paciente por primera vez a atenderse son innumerables los interrogantes que trae relacionados con la medicina homeopática.
En muchos casos ya llega con el diagnóstico de una determinada patología. Pero en otros es frecuente que presente síntomas que le resultan francamente molestos por los cuales ha consultado a varios profesionales, que luego de realizarle múltiples exámenes han comprobado que los mismos no tienen sustrato en una lesión orgánica y se considera que no hay enfermedad. Ante estos resultados la explicación que generalmente recibe el paciente es que su sintomatología es debida a que ha estado sometido a un estrés excesivo, y debe realizar cambios que apunten a modificar los factores que lo producen.
Para el médico homeópata lo que le ocurre al paciente es la expresión de un desequilibrio de la energía vital que requiere ser restablecida.
El profesional realiza una historia clínica exhaustiva, teniendo en cuenta todo aquello que individualiza al paciente, para ello se consulta una serie de datos, como los desencadenantes emocionales, tales como un susto, frustración, decepción, represión de emociones, las secuelas de una enfermedad, accidente o traumatismo, etc. Se toma en cuenta su sensibilidad climática, preferencias alimentarias, personalidad, características físicas, su modo de reaccionar ante diferentes situaciones, etc. Además, de ser necesario se realiza un examen físico, tambien se revisan estudios complementarios que el paciente puede traer a la consulta o de ser necesario se evalua la necesidad de solicitar otros examenes.
Con toda esta información se intenta conocer aquello que hace peculiar y única a esa persona y determinar el mejor tratamiento para cada paciente. En base a esta informacion se establece un medicamento homeopatico que actuará como una “llave” individualizada y única para ese paciente, posibilitando la activación de su propia curación.
En pocas palabras, el desequilibrio de la energía vital ya se manifiesta con síntomas aunque no haya una patología instalada y diagnosticada. Y el restablecimiento de este equilibrio, es decir su salud, se logra con la administración de un medicamento natural, personalizado, no tóxico y sin efectos adversos.
Fuente: Homeopatia para todos, Asociacion Medica Homeopatica Argentina, Publicación Nº 58, 2016.
Tratamiento
Hace 200 años un investigador alemán descubre que la QUINA, medicamento utilizado para el tratamiento de la malaria, utilizado en dosis muy bajas era capaz de producir los mismos síntomas de la enfermedad. Mediante su pensamiento científico se permitió extender esta curiosidad a otros medicamentos que en dosis tóxicas producían síntomas y que en dosis bajas eran capaces de curar. Nace así la Homeopatía como una medicina que se basa en el principio de la similitud: lo similar es capaz de curar lo similar. Samuel Hahnemann fue ese gran científico que observando la realidad pudo introducir un cambio radical en el pensamiento de su época y de las siguientes generaciones. Al comienzo investigaba sobre sustancias farmacológicas o tóxicas, diluyéndolas y agitándolas hasta que cada vez se diluían más. Lejos de perder su acción medicamentosa, observó que tales sustancias diluidas eran más potentes para el control de las enfermedades. Con el tiempo fue experimentando con otras sustancias sin efecto medicamentoso alguno y observó que mediante su método de dilución y sucusión cualquier sustancia de la naturaleza era capaz de convertirse en un poderoso agente de curación. Desde la sal común hasta el cuero de vaca quemado eran capaces de ejercer efectos en la salud de sus experimentadores. Los resultados fueron tremendamente positivos de tal manera que inclusive en nuestros días se siguen utilizando los mismos medicamentos experimentados por Hahnemann.
Posteriormente, año a año hasta nuestros días se siguen experimentando sustancias para el tratamiento de las personas. Se calcula que existen más de 5000 medicamentos homeopáticos experimentados y ese número sigue creciendo.
Hahnemann decía que si el Creador había permitido que el hombre fuera sensible a las enfermedades, su infinita sabiduría habría puesto al lado la manera natural de poder controlarlas. Toda la naturaleza es un gran medicamento homeopático potencial que usado con pericia y sabiduría es capaz de brindar al ser humano los elementos necesarios para aprovechar de manera feliz y longeva su permanencia en el planeta.
Fuente: Homeopatia para todos, Asociacion Medica Homeopatica Argentina, Publicación Nº 56, 2015.
¿Qué es un medicamento homeopático?
¿De dónde se obtiene la materia prima para preparar un medicamento homeopático?
Prácticamente cualquier sustancia existente en el planeta Tierra puede ser preparada homeopáticamente y tal vez tener algún efecto terapéutico. Se utilizan minerales, vegetales, animales e insectos, secreciones biológicas y sustancias patológicas de seres humanos y de animales, medicamentos alopáticos y productos tan particulares como por ejemplo el chocolate.
¿Cómo se prepara el medicamento homeopático?
Partiendo de una pequeña porción estandarizada de la sustancia a utilizar, luego de un primer paso farmacotécnico acorde al tipo de sustancia, ésta se diluye progresivamente al tiempo que se agita o sucusiona, de tal manera que se van perdiendo las propiedades químico-físicas de la sustancia original liberando su contenido energético. Se utilizan diferentes formas de dilución, según las distintas escalas que existen. Por ejemplo en la escala centesimal se diluye una gota del producto en 100 gotas de agua destilada y de ahí se vuelve a sacar una gota y a repetir el proceso tantas veces como lo requiera la potencia (que llamamos dinamización) que se necesite según el paciente.
La dilución y la sucusión son las premisas básicas que activan la sustancia original convirtiéndola en una poderosa medicina, aun cuando ya no quede nada dosable por métodos físico-químicos. Sí se puede evaluar la presencia activa mediante otros tipos de métodos capaces de medir la energía contenida en el agua donde se prepara el medicamento.
Al utilizar la dilución extrema se pueden utilizar sustancias que serían muy tóxicas si se las consumiera en su forma original, pero al prepararlas homeopáticamente se transforman en medicamentos capaces de curar y salvar vidas. Ej: arsénico, cicuta, estramonio, plomo, veneno de serpientes, etc.
¿Cómo se sabe para qué sirve cada remedio homeopático?
A diferencia de la medicina alopática que experimenta las sustancias en pacientes enfermos para comprobar si se curan, en Homeopatía se experimentan los medicamentos en personas lo más sanas que sea posible y se evalúa qué síntomas psíquicos y físicos les provocan y también si alguna molestia se ha mejorado con la experimentación. A estas experimentaciones se les denomina “patogenesias”. Se ha comprobado que los mismos síntomas que la sustancia dinamizada causa en una persona sana, son los que puede curar en una persona enferma. De esta forma se conoce la acción curativa de una sustancia.
A partir de las patogenesias se construye una lista de los síntomas aparecidos y se intenta comprender cuál es el núcleo o problema central de la persona que va a necesitar de esa sustancia. Por ejemplo, hay remedios homeopáticos en los que predomina la falta de confianza en uno mismo, o los miedos, o la sensación de abandono. Hay personas muy calurosas que necesitan sustancias que hayan provocado mucha sensación de calor en la patogenesia. Así, se van comprendiendo poco a poco los remedios homeopáticos y frente al paciente se intenta elegir aquella sustancia a la que más se parezcan sus síntomas.
¿Cómo hace el médico homeópata para elegir el remedio para su paciente?
Los síntomas de la patogenesia se vuelcan en un archivo denominado “Repertorio de Síntomas” que es una ayuda práctica que permite conocer cuáles sustancias han presentado los síntomas que refiere el paciente. Una vez que se tiene un grupo de remedios posibles, se compara el cuadro clínico de la persona con los medicamentos, estudiándolos en la “Materia Médica Homeopática”, en la cual cada medicamento está descrito extensamente de acuerdo a los síntomas surgidos de las patogenesias.
¿Cómo actúa el remedio homeopático?
El remedio homeopático es una sustancia que ha sido diluida y agitada lo suficiente como para que ya no queden rastros medibles de la partícula original. Esto posibilita que se libere la energía de dicha sustancia que es única y particular para cada remedio y por lo tanto corresponde a un único cuadro clínico de síntomas que manifiesta el paciente. Podemos deducir que el remedio actúa como una “información” energética que tiene acción sobre la energía vital o campo energético de la persona a la cual se parece y le recuerda el camino de curación que debe seguir.
En síntesis, el remedio homeopático no actúa por sí mismo como lo hacen los medicamentos alopáticos. Sólo estimula la energía vital de la persona para que ella misma ponga en acción sus recursos naturales para curarse, es por ello que la mejoría de cada paciente es individual y no puede ser estandarizada en cuanto plazos o resultados finales, dependerá de cada persona.
Los remedios homeopáticos actúan desde dentro hacia afuera y desde lo más profundo hacia lo más superficial, lo primero que mejorará es la mente, el estado anímico y luego paulatinamente los síntomas físicos, siempre desde adentro hacia afuera; ej. en un cuadro respiratorio primero mejora el pulmón y luego la garganta y la nariz.
Fuente: Homeopatia para todos, Asociacion Medica Homeopatica Argentina, Publicación Nº 59, 2017.
DIEZ CLAVES DE LA MEDICINA HOMEOPÁTICA
1. Es la única medicina que trata al ser humano en su totalidad: cuerpo y espíritu.
2. Es una medicina con base científica.
3. Es la única medicina que pone en práctica el axioma hipocrático “no hay enfermedades sino enfermos”.
4. No tiene contraindicaciones, se prescribe tanto en niños, adultos, gerontes y embarazadas.
5. Utiliza medicamentos diluidos y dinamizados sin efectos secundarios.
6. Sus medicamentos están basados en leyes naturales.
7. Sus medicamentos han sido experimentados en seres humanos, y no en animales.
8. El mayor inconveniente que puede producir un medicamento homeopático es no actuar, si ha sido elegido erróneamente.
9. Evita medicamentos drogales alopáticos que tienen efectos dañinos sobre algún sector del organismo.
10. Es una medicina cuyo objetivo es el “restablecimiento de la salud, de una manera rápida, suave y permanente”
Fuente: Homeopatia para todos, Asociacion Medica Homeopatica Argentina, Publicación Nº 59, 2017.